No recuerdo un año tan intenso emocionalmente.
No sé la de veces que me he sentido hundida, abatida, desolada y rota por dentro. Si no hubiera sido por “ los míos “, mis hijos, mi madre, mi familia, mis Amigos del Alma…que me Sostuvieron mientras se enlazaba un duelo con otro. Una pérdida con otra… a cuál más dolorosa y profunda.
Tantas veces miraba cara a cara a mi Alma y le preguntaba: ¿ De verdad piensas que puedo con esto? ¿Otra vez? ¿Otro Amigo- hermano…Amor?
Y Ella me abrazaba, y no me soltaba hasta que volvía a recomponerme, mientras me susurraba al oído, que solo se trataba de Comprender y Aceptar. Que el Amor Incondicional era el aprendizaje que traía este año, y que con él, la Aceptación de lo que es, porque así lo decidieron ellos mismos y sus Almas.
Y en ese tsunami emocional, que te deja agotada hasta quedar exhausta, la Vida te va alimentando con caricias de personas que siempre estuvieron a tu lado, a mi lado, y otras que llegaron nuevas. Y entiendes que es imperativo Soltar, para que no te siga arrastrando la corriente de las emociones incontenibles, por tanto dolor sentido y tanta pregunta por responder… Pero no existe respuesta alguna que pueda aportar la Paz que necesitas. Sólo es posible hacerlo, desde el Respeto profundo hacia sus Almas. A su decisión de Trascender. Sólo desde el respeto a esa determinación, se puede soltar. Sólo desde el Amor más Incondicional. Sólo recogiendo el inmenso Regalo que aportó cada una de ellas en mi vida: Humildad, Vulnerabilidad, Aceptación…
Sólo agradeciendo los tiempos compartidos, tatuados en mi Alma, se puede Soltar.
Solo haciendo el viaje de la Gratitud.
2021, año del Amor Incondicional. Año de Aprendizajes y Maestrías.
Amar y Agradecer. Amor y Gratitud. Imperativos para poder seguir mi Camino…
Adiós y Gracias, año que acaba.